Personalidad esquizotípica

 

Este tipo de personas también se caracterizan por tener pocas relaciones sociales. Su comportamiento suele parecer raro, extravagante y poco adecuado a la realidad que le rodea. Como el esquizoide, suelen ser personas socialmente aisladas pero el esquizotípico suele tener creencias y lenguaje algo raros, y su comportamiento parece más extraño, excéntrico o peculiar.

Pueden sentir que tienen poderes especiales para notar los hechos antes de que sucedan o para leer los pensamientos de los demás. Pueden creer que tienen un control mágico sobre los demás, que puede ser utilizado directamente (p. ej., creer que el que la esposa saque el perro a pasear es el resultado directo de que uno pensase que debía hacerlo una hora antes) o indirectamente a través de realizar rituales mágicos (p. ej., pasar tres veces por encima de un determinado objeto para evitar que ocurra alguna desgracia). Pueden presentarse alteraciones perceptivas (p. ej., sentir que otra persona está presente u oír una voz murmurar su nombre).


Para el tratamiento de este tipo de personas es imprescindible enseñarles a encontrar en el ambiente pruebas objetivas para evaluar sus pensamientos, para que no acudan a su razonamiento emocional y otras distorsiones que suelen emplear. Habrá que analizar sus conductas inadecuadas y los perjuicios que de ellas se desprenden, así como mejorar sus relaciones con los demás entrenando sus habilidades sociales y fomentando un lenguaje más apropiado. Poner a prueba sus pensamientos extravagantes y aplicar técnicas como la parada de pensamiento y auto-instrucciones.

 

■  Criterios para el diagnóstico de Trastorno esquizotípico de la personalidad

 

A.   Un patrón general de déficit sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y una capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes puntos:

 

(1)    ideas de referencia (excluidas las ideas delirantes de referencia)

(2)    creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas subculturales (p. ej., superstición, creer en la clarividencia, telepatía o «sexto sentido»; en niños y adolescentes, fantasías o preocupaciones extrañas)

(3)    experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales

(4)    pensamiento y lenguaje raros (p. ej., vago, circunstancial, metafórico, sobre-elaborado o estereotipado)

(5)    suspicacia o ideación paranoide

(6)    afectividad inapropiada o restringida

(7)    comportamiento o apariencia rara, excéntrica o peculiar

(8)    falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los familiares de primer grado

(9)    ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización y que tiende a asociarse con los temores paranoides más que con juicios negativos sobre uno mismo

 

B.   Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico o de un trastorno generalizado del desarrollo.

 

Nota: Si se cumplen los criterios antes del inicio de una esquizofrenia, añadir «premórbido», por ejemplo,

«Trastorno esquizotípico de la personalidad (premórbido)».