Exposición en Imaginación

 

Este tipo de exposición consiste en imaginar de forma deliberada, sistemática y lo más vívidamente posible que se están experimentando las situaciones o estímulos temidos. La exposición en imaginación es útil cuando se emplea sola, pero es menos eficaz que la exposición en vivo, necesita ser complementada con práctica en la vida real y tiene la desventaja de que muchas personas tienen dificultades para imaginar con detalle las situaciones o escenas e implicarse en ellas. A continuación se detallan algunos de los principales problemas que pueden surgir:

 

Problemas relacionados con la imaginación y posibles soluciones.

-     Reproducción vaga de la escena. Si no se llevó a cabo, hay que realizar un entrenamiento en imaginación comenzando por escenas neutrales o placenteras. Otras soluciones son: a) enri quecer la descripción de la escena con detalles y reacciones importantes que han sido omitidos, b) eliminar detalles distractores, c) verbalizar en voz alta la escena que está intentando imaginar.

-     Incapacidad para mantener la escena. Esto suele ser una conducta de escape. En este caso, conviene recordar que el procedimiento debe  generar malestar para ser útil a través de la habituación o afrontamiento de dicho malestar. También se puede verbalizar en voz alta lo que vaya imaginando. Si es necesario, se elabora una escena menos perturbadora como paso previo.

-     Disociación o falta de implicación en la escena. No se compromete en la escena, no se imagina como un participante en la misma y, por lo tanto, no la vive con emoción auténtica. Soluciones: a) Recordar que la falta de implicación puede reducir la ansiedad a corto plazo, pero contribuye a mantenerla a largo plazo. Hay que dejar de distanciarse e implicarse en la escena; si es necesario, se introduce una escena menos ansiógena. b) Enriquecer la escena con detalles descriptivos  adicionales,  con las sensaciones, cogniciones y conductas y con las consecuencias temidas. c) Verbalizar lo que está imaginando, poniendo un énfasis especial en la acción y la implicación personal. A veces puede ayudar verbalizar en voz alta lo que están imaginando o ir alternando imaginación silenciosa durante, por ejemplo, 5 minutos, con descripción en voz alta de la imagen durante otros 5 minutos.

-     Modificación de la escena que atenúa la ansiedad. Algunas personas pueden imaginar situaciones bastante diferentes de las descritas. Así, pueden atenuar la aversividad de una escena incorporando elementos protectores (una luz pequeña en un cuarto oscuro) o eliminando elementos aversivos (vagón de metro medio vacío en vez de atestado). También es posible que uno pueda imaginar una escena agradable en vez de una escena perturbadora o que utilice otras estrategias distractoras. En estos casos, se recuerda la importancia de experimentar ansiedad para conseguir la habituación final de la misma y se enfatiza, por tanto, la importancia de no cambiar el contenido de las escenas. Otros recursos son: a) describir las escenas de forma mucho más específica (p.ej., destacando la ausencia de cualquier luz o describiendo lo atestado que va el metro), b) verbalizar en voz alta lo que está imaginando, y c) elaborar una escena menos perturbadora como paso previo.

-     Modificación de la escena que incrementa la ansiedad. Algunas personas pueden aumentar el potencial ansiógeno de una escena añadiendo elementos aversivos (perro que gruñe amenazador en vez de estar tranquilo) o quitando elementos protectores (mirar desde una terraza alta sin barandilla). Posible soluciones son: a) enfatizar la importancia de imaginar sólo lo que se pide, b) describir las escenas de forma mucho más específica (p.ej., describiendo la conducta tranquila del perro o la presencia de la barandilla), y c) verbalizar en voz alta lo que está imaginando.

-     Perseverancia en la escena. Se mantiene la escena después de haber terminado. Soluciones: que relaje los músculos de los ojos o que mueva o haga girar los ojos.

Si los problemas relacionados con la imaginación no pueden superarse, habrá que prescindir de la exposición en imaginación y utilizar otros métodos tales como la exposición en vivo.

 

 

Como en toda exposición, es importante establecer una jerarquía adecuada, sírvase de ejemplo la siguiente.

 

Jerarquía de exposición imaginal para un paciente con trastorno de pánico.

 

 

Ítem

 

Ansiedad

(0-8)

 

1. Trabajando en el jardín, con prisa para completar una tarea antes de la noche. La fatiga de un largo día de trabajo hace que sus músculos estén débiles y cansados.

 

2

 

2. El hijo mayor se burla del hijo pequeño de 4 años y ambos se chillan. El ruido de los chillidos hace que latan las venas en mi cabeza y noto cómo me pongo tenso.

 

3

 

3. Haciéndolo lo mejor que puedo en mi trabajo, pero mi jefe no reconoce lo duro que trabajo y me hace peticiones excesivas. Siento cómo se tensan los músculos de mis brazos, pecho, hombros y cuello.

 

4

 

     4. Discutiendo con el jefe asistente durante una práctica en el cuartel de bomberos.

Siento debilidad en los músculos de mis piernas y brazos a causa del esfuerzo fí- sico requerido. Apenas puedo hablar y me resulta difícil respirar.

 

5

 

5. Me siento frustrado a causa de mi dolor de hombros y espalda que me impide realizar lo que quiero hacer. Me siento rígido y débil y pienso que me estoy con- virtiendo en un inválido.

 

5

 

6. Durante el día, suena la alarma y tengo que dejar lo que estoy haciendo e ir co- rriendo hacia el fuego. Cuando oigo la alarma, siento que mi corazón se acelera y la tensión y presión en el pecho hace que me duelan los músculos. Comienzo a sudar y me cuesta respirar. Tengo que obligarme a moverme.

 

6

 

7. Estoy intentando relajarme y veo un partido en la TV. Acabo de acostar a mi hijo pequeño de 4 años, pero no quiere estar en la cama y no hace más que llorar y llamarme. No me da un minuto de descanso. Noto como la tensión crece en mi cuello y cabeza. Estoy perdiendo mi paciencia con él y mi nivel de ansiedad está aumentando. Me pregunto si la cosa irá tan mal que tendré un ataque de pánico.

 

6

 

8. Estoy trabajando en casa y de repente mi corazón empieza a palpitar y el ritmo cardíaco aumenta. Siento opresión en el pecho y noto cómo las sensaciones de pánico comienzan a precipitarse. Sé que algo malo me pasa, pero no sé qué es.

 

7

 

9. Cuando me despierto por la mañana, noto una opresión en el pecho; mi corazón está palpitando y me cuesta respirar. Me duelen los músculos de tan tensos que están. Me siento sudoroso y tengo miedo de moverme. Me siento tan débil que probablemente no podría moverme aunque quisiera. Puedo sentir cómo laten las venas de mi cabeza y piernas con cada latido del corazón.

 

8

 

10. Tengo dificultades para conciliar el sueño. Siento una inquietud general y no puedo relajarme. Siento cómo crece la opresión en el pecho y comienzo a respi- rar más y más rápido. Mi corazón empieza a palpitar y me siento débil y marea- do. Siento mucho calor y empiezo a sudar profusamente. Me pregunto si mi co- razón va a pararse.

 

8

Nota. Tomado de Barlow y Cerny (1988, pág. 179).