Reducir y eliminar conductas

 

El objetivo de estas técnicas es eliminar conductas inapropiadas mediante la pérdida de un reforzador positivo. Entres sus aplicaciones destacan las conductas perturbadoras, la agresividad o la desobediencia.
Entre los métodos más utilizados destacan:


•    Tiempo fuera
•    Saciación
•    Sobrecorrección


Tiempo Fuera
Se trataría de suprimir de forma contingente la posibilidad de obtener reforzamiento positivo durante un determinado período de tiempo.
Variantes que se utilizan:
a.    Tiempo fuera de aislamiento. Es la variante más intrusiva y restrictiva. La persona es trasladada desde un área de reforzamiento a otro lugar menos reforzante.
b.    Tiempo fuera de exclusión. Se restringe el acceso a un reforzamiento inmediato. La persona, en este caso permanece en la habitación pero de cara a la pared o tras una pantalla. Tiene un nivel de intrusividad intermedio.
c.    Tiempo fuera de no exclusión. Es la variante menos intrusiva y en ella la persona permanece al margen de la actividad, observando el reforzamiento de la conducta apropiada de sus compañeros durante un breve período.
A continuación se listan algunas recomendaciones para aplicar la técnica adecuadamente.

 

  • El sitio al que lo retiremos temporalmente debe ser un sitio en el que no tenga al alcance juegos u otras compañías para entretenerse. No se trata de buscarle un sitio hostil sino un sitio que sea aburrido con escasas posibilidades de que pueda hacer algo para pasar el tiempo.
  • Debemos trasladarlo inmediatamente después de aparecer la conducta o en el momento que ha llegado a un punto insostenible (por ejemplo, discusión entre hermanos que llega a un punto de descontrol).
  • No discuta con él, no entre en recriminaciones ni calificativos despectivos como: "Eres muy malo y te voy a castigar" o "Me tienes harta, no tienes remedio... " Sí puede explicarle, con un tono calmado pero seguro e imperativo, el motivo de su retirada. Para ello dígaselo concretando su queja "Como has pegado a tu hermanito no vas a poder jugar con él". Haga caso omiso de sus protestas o promesas. La idea es lanzarle un mensaje muy claro de que ha hecho algo mal y que estamos disgustados con él. Al respecto y de forma muy breve puede también decirle (ajustando el mensaje a la edad del niño) algo así como: "me has decepcionado tanto que, en estos momentos no quiero estar contigo. Me siento muy triste".
  • No permita que salga antes de tiempo del lugar de aislamiento. Si lo hace adviértale de consecuencias más negativas como que deberá estar más rato en esta situación.
  • El tiempo de aislamiento normalmente se calcula en base a un minuto por año del niño con un máximo de 20 minutos. Sin embargo, esto debe ser valorado por los padres. No se aconsejan tiempos más largos ya que pueden producir la conducta contraria a la que queremos eliminar.
  • Si cuando lo vamos a buscar nos vuelve a regalar con conductas inadecuadas, hay que advertirle que si quiere salir deberá estar al menos 15 segundos sin efectuarlas. Manténgase firme en la decisión. Si pasa la prueba es muy posible que los episodios remitan, si cede aumentarán con toda probabilidad.
  • En el caso de que haya provocado desperfectos en el interior del habitáculo (ha desordenado o roto alguna cosa) deberá reponerlo o corregirlo con alguna acción antes de salir.
  • Debemos tener cuidado que esta retirada física no comporte algún tipo de beneficio indirecto al niño. Por ejemplo si el niño consigue dejar de estudiar o evitarse comer algo que no le gusta, lo que haríamos es reforzar la conducta inadecuada.
  • Ésta técnica suele ser muy efectiva si se utiliza adecuadamente y con decisión. La efectividad de la técnica, independientemente de que le estamos retirando la atención, es que estamos despertando, contingentemente con la aparición de las conductas no deseadas, uno de los "fantasmas infantiles" más presentes en la etapa infantil: la ansiedad de separación. Aunque el niño tenga suficiente edad para saber que no será abandonado realmente, el hecho de hacerle revivir esta ansiedad puede dispararle interiormente ciertas alarmas. Lo que ahora puede temer no es la separación física sino la emotiva, de tal forma que el niño corregirá su conducta actual y futura no por las razones de los padres sino por las suyas (temor a perder el respaldo emocional de los padres).
  • Como en todas las técnicas basadas en la retirada de atención, recuerde que deben introducirse momentos de atención hacia el niño contingentemente a la aparición de conductas deseadas. El refuerzo verbal y físico (halagos, abrazos, manifestación de alegría, entrega de algún premio, etc.).


Saciación
El objetivo es el mismo que antes, suprimir conductas inapropiadas mediante la retirada de un refuerzo positivo, pero en este caso se trataría de alcanzar esta meta mediante el proceso de saciación. Hay dos variantes:
•    Saciación de estímulo o de reforzador: se proporciona tal cantidad del reforzador que mantiene la conducta, que acaba perdiendo su valor reforzante.
•    Saciación de respuesta, práctica negativa o práctica masiva: en este caso se trataría de que la persona emitiera de forma masiva la conducta que se pretende eliminar.
Entre sus aplicaciones destacan los trastornos por tics y las conductas de atesoramiento.

Sobrecorrección
Este procedimiento consistiría en la administración contingente de consecuencias aversivas que se relacionan con la conducta inapropiada a la que siguen.
Variantes:
•    Sobrecorrección restitutiva: la persona deja su entorno en un estado mucho mejor al que tenía antes de la conducta.
•    Sobrecorrección de práctica positiva: se trataría de practicar repetidamente una conducta positiva.
Las conductas agresivas, la autoestimulación y la enuresis están entre sus principales aplicaciones.