Desarrollar y mantener conductas

 

Dentro de estas técnicas vamos a diferenciar entre tres métodos diferentes:


1.    Moldeamiento
2.    Desvanecimiento
3.    Encadenamiento


Antes de entrar a explicar cada método es necesario entender el concepto de refuerzo o reforzador. Un reforzador positivo es un evento que al presentarse inmediatamente después de una conducta, provoca que aumente la frecuencia de dicha conducta.
Por otro lado el refuerzo negativo es aquel que incrementa la frecuencia de una respuesta o conducta por la terminación de un estímulo aversivo inmediatamente después de que se ejecute dicha conducta.


1. Moldeamiento.
Se trata de un procedimiento operante en el cual se refuerzan las aproximaciones sucesivas a una conducta objetivo determinada. Tenemos que tener en cuenta que para poder establecer una conducta concreta se ha de reforzar la misma, es decir, que tenemos que buscar un reforzador apropiado y utilizarlo adecuadamente. Este método se utiliza con frecuencia para lograr comportamientos deseados en los niños. El comportamiento que buscamos no está en el repertorio del niño y, por lo tanto, nunca se produce; entonces, hay que entrenarlo reforzando las aproximaciones a dicho comportamiento. El moldeamiento implica el uso del refuerzo diferencial, reforzando las respuestas más cercanas al comportamiento deseado. Esta técnica se suele utilizar cuando hay que mejorar destrezas que implican paciencia, constancia, precisión y/o velocidad. También es muy utilizada para la adquisición del lenguaje.


2. Desvanecimiento.
En este procedimiento se proporcionan ayudas externas para que la persona consiga realizar la conducta deseada, para posteriormente retirar esas ayudas.
En el procedimiento, por tanto, haya una fase aditiva, en la que se van proporcionando instigadores o ayudas cada vez mayores hasta que se logra que la otra persona realice la conducta, y una fase sustractiva en la que se retiran gradualmente las ayudas. Existen diversas variantes en las que se puede:

  • Disminuir la intensidad de la ayuda una vez  que la otra persona le imita.
  • Demorar el tiempo antes de ayudar.
  • Disminuir la extensión de la ayuda.

Algunas de sus aplicaciones son el aprendizaje de la escritura, la denominación de objetos o las habilidades motoras.


3. Encadenamiento.
En este método se descompone una conducta compleja en diversas partes o segmentos elementales, que pueden entrenarse por separado. Las características de las cadenas conductuales son:

  • Debe ejecutarse una secuencia de respuestas discretas.
  • Cada respuesta adquiere la propiedad de ser reforzador para la respuesta anterior y de ser estímulo discriminativo para la siguiente.
  • Toda la cadena se ejecuta siguiendo una secuencia específica.

Hay 3 variantes de la técnica:


a.    Presentación de la cadena completa.
b.    Encadenamiento hacia delante.
c.    Encadenamiento hacia atrás.


Por ejemplo: la conducta de lavarse los dientes. Podríamos dividirla en pequeños fragmentos; modo de coger el cepillo, moverlo de arriba abajo, enjuagarse y limpiar los utensilios.
De esta manera, se puede presentar la cadena completa de golpe, pero también se puede presentar y reforzar cada fragmento uno a uno empezando por el modo de coger el cepillo y acabando por limpiar los utensilios (hacia delante) o al revés, empezando por limpiar los utensilio y acabando por el modo de coger el cepillo (hacia atrás).
Entre sus aplicaciones destacan la educación especial, adquisición de habilidades de autocuidado (aseo, vestido…), juego, manualidades, deportes, etc.